Si buscas abogados en Getafe para tramitar un desahucio express has encontrado a los que más te convenimos. Un desahucio no es un proceso complicado sino sólo burocrático en el que hay que estar muy pendientes para dotarle de la máxima agilidad posible y así resolver el caso cuanto antes.
En un procedimiento de desahucio una de las cosas más importantes es el plazo pues el tiempo en definitiva es dinero.
Los Juzgados de Getafe son bastante eficientes. En ellos el plazo de tramitación de un procedimiento de desahucio es de unos 5 ó 6 meses aproximadamente. Puede ser más y también puede ser menos.
En un Juzgado se sabe cuando se empieza pero no cuando se acabo por existir un sin fin de contingencias que pueden acelerar o atrasar el procedimiento.
En Getafe nuestra experiencia es muy positiva pues se tratan de Juzgados que tienen un correcto funcionamiento.
Existen otros partidos judiciales con mayor descontrol pero desde nuestra día a día podemos afirmar que tienen una manera de trabajar muy positiva.
Precio económico:
Nuestro precio es único con independencia del tipo de procedimiento y es por ello que si desea contratar su procedimiento de desahucio express con nosotros el precio final y cerrado será de 500 euros incluyendo abogado, procurador e IVA.
No hay incrementos de precio ni sobre costes.
Posibles gastos adicionales no previstos:
Con independencia de los gastos inherentes del procedimiento de desahucio pueden devengarse otros adicionales que no tienen que necesariamente necesarios pero pueden producirse:
Cerrajero:
El cerrajero en muchos casos no es preceptivo pero sí es el principal gasto adicional que a veces se devenga. Ello supone que a coste del propietario demandante se deba de contratar un profesional que realice la apertura de la puerta de la vivienda en caso de que no entregue la parte demandada el uso del inmueble antes voluntariamente.
Otros profesionales para la reparación de posibles desperfectos:
Cristaleros, carpinteros, albañiles, pintores, electricista… etc fruto de la entrega del inmueble en mal estado pues incluso en ocasiones es necesaria su inminente intervención.
Por ejemplo cuando existe peligro de acceso por tener un cristal roto que pueda provocar que los inquilinos o cualquier otro ocupante pueda acceder al inmueble.
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